Constelación gula de AidaAgullo
También encontramos una referencia a la gula en la película La Leyenda del indomable de 1976, donde Paul Newman protagoniza una de las escenas más conocidas del cine del momento. En ella, el actor se apuesta que es capaz de comerse 50 huevos duros y lo consigue.
Booktrailer Divina Comedia: https://www.youtube.com/watch?v=SzEcJY9TLLw
La “gula”
forma parte de los pecados capitales y se identifica con la
glotonería y el consumo excesivo y desordenado de comida y bebida.
La gula, que tiene que ver con el consumo irracional e innecesario de
alimentos o bebidas, ha estado presente en todos los seres humanos a
lo largo de la historia aunque ha ido evolucionando y cambiando de
significado. Desde el punto de vista de la religión la gula se ha
intepretado como un deseo egoísta y lujurioso, ya que el glotón
busca la satisfacción personal. Por este motivo, el concepto de la
gula ha sido siempre motivo de burla o de vergüenza, por
considerarse un pecado.
La gula, igual que los demás pecados capitales, ha sido representada en innumerables ocasiones a través del arte. Éste, además de una función estética, también tiene una función comunicativa, ya que se utiliza para expresar una visión subjetiva del mundo. Ya sea a través de la pintura, escultura, la música o la literatura, los artistas se han hecho eco y han querido plasmar en sus obras el pecado capital de la gula. Las primeras manifestaciones de la gula -sin las connotaciones cristianas del término- las podemos encontrar en la cultura clásica y más concretamente en las bacanales. Estas fiestas se celebraban en honor al Dios Baco (Dioniso en la mitología griega), que era el dios del vino y los excesos.
La gula, igual que los demás pecados capitales, ha sido representada en innumerables ocasiones a través del arte. Éste, además de una función estética, también tiene una función comunicativa, ya que se utiliza para expresar una visión subjetiva del mundo. Ya sea a través de la pintura, escultura, la música o la literatura, los artistas se han hecho eco y han querido plasmar en sus obras el pecado capital de la gula. Las primeras manifestaciones de la gula -sin las connotaciones cristianas del término- las podemos encontrar en la cultura clásica y más concretamente en las bacanales. Estas fiestas se celebraban en honor al Dios Baco (Dioniso en la mitología griega), que era el dios del vino y los excesos.
Sin
embargo, no es hasta la Edad Media que se representa el verdadero
concepto de la gula. Debido a la gran importancia de la Iglesia
católica en esta época, se consideró la gula como el pecado
capital de los paganos. Tanto es así que tener gula implicaba tener
flaqueza moral. En esta constelación multimodal se pretende hacer un
recorrido a través del arte y la literatura para ver cómo se ha
tratado el pecado de la gula en las diferentes épocas y contextos
históricos.
Para
empezar, no se puede empezar la constelación sobre la gula sin citar
el grandísimo poema del escritor italiano Dante Alighieri, La
Divina comedia. En
este extenso poema publicado en el año 1320 en el que se narra el
viaje del autor al Infierno acompañado de la mano de Virgilio,
encontramos un círculo dedicado al pecado de la gula. En este
círculo, que es el tercero del Infierno, los pecadores son
castigados por una fuerte lluvia mezclada con granizo y golpeados y
desgarrados por las uñas y dientes de Cerbero.
Para
el año 1480 el famoso pintor italiano Sandro Botticelli se inspira
en la obra de Dante para crear El
abismo del Infierno.
Esta pintura es una representación del Infierno de Dante a modo de
mapa, en el que podemos observar los diferentes círculos que se
relatan en el poema. El mapa se compone de nueve círculos; desde el
segundo al quinto círculo se encuentran los pecadores por
incontienencia, que son castigados porque no supieron frenar los
instintos naturales del hombre. El tercer círculo está dedicado a
los glotones y castiga de diferentes formas a los que han cometido el
pecado de la gula, bien sea castigándolos a ser cocinados en una
gran olla o comiéndose a si mismos.
En
relación al infierno y la gula, podemos decir que el personaje de
Homer Simpson de la serie animada “Los Simpson” es el ejemplo
personificado de la gula. En un capítulo en concreto de la serie el
protagonista vende su alma al diablo y hace un pacto con él para no
perderla. Tras haberlo incumplido, el diablo lo castiga enviándolo
directamente al infierno a comer miles de sus rosquillas favoritas.
Durante
la Edad Media española también encontramos ejemplos sobre la
representación de la gula en el arte. En el caso de la literatura
hallamos en el Libro
de buen amor (1330 – 1343) de Juan Ruiz, el Arcipreste de
Hita, unas estrofas donde
se habla del pecado de la gula.
También encontramos referentes a la gula en la literatura francesa, como es el caso del conjunto de novelas de Gargantúa y Pantagruel, publicadas durante el s. XVI por François Rabeleis. En ellas, encontramos las aventuras de estos dos protagonistas, que son dos gigantes movidos por la glotonería. La transcendencia de la novela fue tan grande que aún se utiliza el adjetivo “pantagruélico” para referirse a una comida en cantidad excesiva.
También encontramos referentes a la gula en la literatura francesa, como es el caso del conjunto de novelas de Gargantúa y Pantagruel, publicadas durante el s. XVI por François Rabeleis. En ellas, encontramos las aventuras de estos dos protagonistas, que son dos gigantes movidos por la glotonería. La transcendencia de la novela fue tan grande que aún se utiliza el adjetivo “pantagruélico” para referirse a una comida en cantidad excesiva.
Quevedo,
uno de los mayores escritores de nuestro Siglo de Oro español y el
mayor representante del conceptismo, también incluye en alguno de
sus sonetos el tema de la gula. Esto lo encontramos en el
Soneto CDXLV a. que dedica “Al señor de un convite, que le
porfiaba comiese mucho”:
Comer
hasta matar la hambre, es bueno;
hasta
matar al comedor, es malo,
y
la templanza es el mejor Galeno.
Lo
demasiado siempre fue veneno:
a
las ponzoñas el ahíto igualo;
si
a costumbres de bestia me resbalo,
a
pesebre por plato me condeno.
Si
engullo las cocinas y despensas,
seré
don Tal Despensas y Cocins.
¿En
qué piensas, amigo, que me piensas?
Pues
me atiesas de pavos y gallinas,
dame,
ya quela gula me dispensas,
el
postres en calas, purga y melecinas.
En
el arte también existen representaciones claras sobre el pecado
capital de la gula. Un claro ejemplo de ello es la pintura de
Jheronimus Bosch, más conocido como El Bosco. El artista retrató la
gula en “Alegoría de la Gula y la Lujuria”, que aparece dentro
de la obra Mesa
de los pecados capitales (1505-1510);
obra que consiste en una círculo dividido en siete secciones, donde
aparecen representados todos los pecados. El círculo en el que se
trata la gula contiene una escena en la que aparecen dos hombres
comiendo y bebiendo, una mujer que los provee de comida y un niño
gordo pidiendo comida a uno de los hombres.
El
holandés Pieter Brueghel El Viejo es otro de los artistas que
también quiso retratar los pecados capitales y no quiso olvidarse de
la gula, cuya personal interpretación aparece en uno de los grabados
más originales del s. XVI denominado La
gula. Los siete pecados capitales (1556
- 1557). Su
hijo, Jan Brueghel El Viejo y Rubens también quisieron representar
su peculiar forma de entender el mundo a través de la
colección Alegoría de los cinco sentidos que data
del año 1618. En ella, encontramos un cuadro dedicado al gusto,
donde aparece Belcebú -príncipe que representa la gula- sirviendo
agua a una doncella.
Goya
también quiso retratar en sus Caprichos, ente otras
muchas cosas, los vicios y la corrupción de la Iglesia católica.
Para ello, realizó entre los años 1797 y 1799 un grabado
denominado Estan calientes, donde aparecen dos frailes
encarnando la glotonería y la lujuria. Los frailes aparecen comiendo
y representan la gula y el carácter lujurioso, ya que hace
referencia al apetito carnal.
No
debemos olvidarnos, además, del checo Georg Emmanuel Opiz, quien
retrató en 1804 al rey
Sueco Adolfo Federico, el monarca que ha pasado a la historia por
ser conocido como el rey que murió por comer demasiado.
En
el caso de la gran pantalla también han sido muchas las películas
que han tratado el tema de la gula, como por ejemplo La
grande bouffe. Este film traducido
al castellano como La
gran comilona,
es una película estrenada en el año 1973 por Marco Ferreri donde
aparece el tema de la gula en plenitud. Los personajes de esta
película se reúnen para realizar un “suicidio gastronómico
colectivo”, donde lo único que no les falta son los alimentos.
Otra
película donde encontramos la gula es en El
sentido de la vida, de
Monty Python. En esta película el Sr.
Creosote reproduce a la perfección el pecado de la gula
porque coge tal empacho de comer que necesita hasta vomitar en un
cubo. Siempre para poder seguir comiendo, evidentemente.
El
libro de Matilda,
publicado en el año 1988 por el escritor Roald Dahl y llevado a la
gran pantalla en el año 1996, cuenta la historia de Matilda, una
niña con poderes telequinéticos. En ella aparece una famosísima
escena en la que un niño coge un trozo de pastel que no debería
haber probado y, castigado por la gula, es obligado a comérselo
delante de todo el colegio. El niño, lejos de avergonzarse, acepta
el reto y consigue comerse el pastel entero. Parece
ser que al autor de Matilda le
apasionan los niños gordos porque la historia se repite en Charlie
y la fábrica de chocolate. En
este libro -llevado al cine años más tarde-, se nos presenta un
niño que por culpa de la gula acaba comiéndose unos arándanos de
la fábrica que visitan, lo que le acaba convirtiendo en una gran
bola morada.
Todos
recordaremos los grandes banquetes de las películas del director
japonés Hayao Miyazaki, quien utiliza la comida como motor de la
acción en sus films. Un ejemplo de ello lo encontramos en la
película El viaje de Chihiro, que fue estrenada en el año 2001 y
que se ha se convertido en una de las mejores películas animadas del
mundo. La película cuenta las aventuras de una niña llamada Chihiro
que, junto con su familia, se está mudando a otra ciudad. Durante el
viaje, se detienen a comer en puestos de comida al aire libre y, dado
que no encuentran a nadie que los atienda, deciden comer sin medida
hasta convertirse en cerdos. En el siguiente vídeo encontramos una
recopilación de momentos gastronómicos de las películas de
Miyazaki: https://vimeo.com/207614041#at=3
En
cuanto a las películas sobre la gula podríamos destacar también la
extraña y divertida película francesa Delicatessen.
Estrenada en el año 1991, la película nos cuenta la historia de una
comunidad de vecinos que tratan de sobrevivir. El casero, dueño de
la carnicería de los bajos del edificio, ofrece trabajo en el
periódico para atraer a sus víctimas, que más tarde asesinará y
cuya carne venderá a los vecinos de la comunidad.
También encontramos una referencia a la gula en la película La Leyenda del indomable de 1976, donde Paul Newman protagoniza una de las escenas más conocidas del cine del momento. En ella, el actor se apuesta que es capaz de comerse 50 huevos duros y lo consigue.
En la
literatura clásica infantil también podemos encontrar algunos
ejemplos de gula. Todos recordaremos, por ejemplo, el clásico cuento
de Los tres cerditos, donde un hambriento lobo hace lo
posible por entrar en la casa de los cerditos para comérselos.
También cabe mencionar el famoso cuento de Hansel y
Gretel de los Hermanos Grimm. En él aparecen dos hermanos
llamados Hansel y Gretel que encuentran una casita hecha de
chocolate. Movidos por la gula, quieren comerse toda la casa, pero se
encuentran con que la dueña de la casa, una bruja malvada, quiere
meter a los niños en un horno y comérselos. En definitiva, un libro
que trata la gula doblemente.
También
me gustaría mencionar un libro que conocí recientemente gracias a
mi hijo, que es el de La pequeña oruga glotona, de Eric
Carle -del que tenemos nada menos que tres versiones diferentes. La
protagonista de este libro es una oruga de color verde que se
alimenta día tras día de diferentes alimentos como peras, ciruelas,
manzanas o tarta, hasta que se convierte en una preciosa mariposa.
Por
último, cabría destacar la cantidad de canciones que se han hecho
en honor a la comida. No podríamos despedirnos de esta constelación
sin nombrar la famosísima canción de Antonio Molina, que recibe el
nombre de “Cocinero
cocinero”, donde el cantante nos elabora toda una lista de
alimentos y comidas sobre la gastronomía española. A destacar
también la gran canción de Georgie Dann de “La Barbacoa”,
que tantos veranos hemos bailado o “¡Viva
la gula!” del grupo mexicano La Onda Vaselina, donde los
chavales nos cuentan cuánto les gusta comer.
Booktrailer Divina Comedia: https://www.youtube.com/watch?v=SzEcJY9TLLw
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